Mi nombre real es Esther, pero no me busques por ese nombre, ya que todos me conocen como Ada, nombre profesional que le debo a mi amiga, mentora y profesora Minerva Buiza.
Puedo contarte que a mis 48 años, mi mayor logro es ser madre de un niño de 11 años y que mi desarrollo profesional siempre ha estado vinculado con el arte.
Desde bien pequeña, en casa, mi hermana y yo hemos vivido de muy cerca la alquimia y el mundo esotérico al tener una madre enamorada de él, de las hierbas y de los minerales. Y como el destino te manda lo que en cada momento necesitas, llegó a mi vida Toñi Martínez, la que sería casi una madre de adopción.
Ella, lo primero que me enseñó fue la necesidad de mantenernos limpios y de protegidos ya que por desgracia es el pan nuestro de cada día el ser receptores de miradas maliciosas, envidias y malos sentimientos.
A partir de ahí me formaré en la alta magia blanca tanto con ella con diferentes profesores, pero siempre con el fin de la autoprotección.
Ahora aspiro a acercar el mundo de la magia a todo aquel que tenga la misma inquietud que yo tuve hace cerca de 20 años. De ese momento nacerá este curso.